Hablar con animales ha sido en todos los sentidos un camino de aprendizaje en amor, me han enseñado la gran libertad y paz que hay en ellos, al poder dejar su cuerpo y trascender. No le temen a la “muerte” porque saben que no existe, me han enseñado una y otra vez que van a un lugar de luz, libertad y amor incondicional que existe eternamente. Para ellos es un momento mágico cuando puedes decidir cuando es tu momento para irte y eso es algo que valoran mucho.
Todo lo que te comparto aquí no es mi opinión personal, sino la enseñanza de muchísimos animales en su proceso de abandonar esta realidad, todos ellos están conscientes que no es el final del camino y que la vida es eterna.
Ellos creen que nosotros como humanos, todavía tenemos mucho que aprender sobre el desapego, sobre soltar los miedos y aprender a vivir en amor.
En los animales no es importante cuantos años vivan, sino la calidad de vida con la que lo hagan. Ellos saben que su paso al “otro lado” no es un punto y final, sino simplemente un cambio de forma, ya que saben que la vida es eterna y que todavía hay muchas cosas por aprender y conocer.
Personalmente, cada vez que acompaño a un animalito en su proceso de partir de este mundo, me dejan una enseñanza de mucho amor, me han quitado mi propio miedo a morir que por tantos años tuve, pues solamente puedo ver ahora amor en el proceso.
Nuestros animales quieren que estemos en paz con el hecho que ellos continúen su camino, así como también me han pedido que les diga a sus humanos que su amor estará siempre acompañándolos. En realidad jamás se olvidarán de nosotros y una parte de ellos estará siempre en nuestros corazones, ¿Y por qué? ¿Cómo logran esto? Porque el amor no tiene límites, el amor rompe cualquier barrera del tiempo y del espacio, el amor es la fuerza que crea la vida y esta jamás se termina.
Esperan a que nosotros, como sus compañeros de vida, estemos listos para que ellos puedan irse en paz. Me ha tocado una y otra vez comunicar con animales que, aunque están ya listos para irse, deciden esperar un poco más a que sus humanos lo estén también para dejarlos ir. De esta manera, ellos se van más tranquilos. Su amor por nosotros es incondicional.
Este artículo fue hecho para la revista Mamá Natural TV